Verde es el color de la esperanza, del medio ambiente, del resurgir primaveral de la naturaleza. No entiende de banderas, carece de connotaciones políticas -nada desdeñable tal y como están las cosas-, y puede ser adoptado sin reservas por cualquiera consciente de lo que se juega el ser humano en el envite del cambio climático. Así que verde, que te quiero verde, es el lazo apadrinado este miércoles por los principales grupos ecologistas del país, Greenpeace, WWF/Adena, SEO/BirdLife, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción. El distintivo apela a la conciencia de todos sobre el riesgo planetario que comporta el calentamiento global, alerta de sus peores efectos, aún por venir, y llama a los ciudadanos a exigir respuestas rápidas a los poderes políticos.
El nacimiento del lazo verde ha coincidido hoy con la presentación de la edición en castellano del libro de Al Gore Una verdad incómoda, trasunto en papel de su multipremiado documental, pero es «una iniciativa ciudadana e independiente». Del mismo estilo, dice la editorial Gedisa, responsable de la edición e impulsora del lazo, del apagón del pasado 1 de febrero muñido en internet, desde Francia a todo el mundo, por la Alianza por el Planeta.
Idea abierta
De momento se trata de idea española «abierta» a quien quiera sumarse dentro o fuera de las fronteras ibéricas, aunque ya ha conseguido madrina de lujo, la célebre primatóloga británica Jane Goodall, premio Príncipe de Asturias 2003. Su objetivo más inmediato es cimentar una conciencia ciudadana sobre el cambio climático y servir de emblema a la manifestación convocada en Madrid por las organizaciones ecologistas el 21 de abril, víspera del Día mundial de la Tierra.
Los convocantes pretenden aunar una marea verde como «forma de presión», a las administraciones, tanto central como autonómicas y locales, «y a los políticos», ha recalcado Juan López de Uralde, de Greenpeace, para que pasen del dicho al hecho.
La manifestación discurrirá bajo el lema Contra el cambio climático, menos CO2, una puya contra el triste hecho de que España es el país sujeto al Protocolo de Kioto que más incumple su techo de emisiones contaminantes. Ahora bien, que nadie espere que el lazo verde le llegue a casa. Los grupos ecologistas tienen presupuestos modestos y una potencia logística a años luz de la de los partidos políticos, así que recomiendan la manufactura individual; unos centímetros de cinta verde y un alfiler bastan. Al fin y al cabo, la lucha contra el cambio climático es cosa de todos.
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http://blogs.periodistadigital.com/medioambiente.php/2007/03/14/el_lazo_de_la_vida_el_verde_de_la_espera
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